la emoción en Txurdinaga para que el último partido del 2018 fuera el del broche de oro de un año extraordinario para el Bidaideak. Este quería regalar a su siempre fiel y animosa hinchada la mejor de sus versiones y, desde luego,para ello necesitaba que la incertidumbre se personara a las 18,30 en la cancha del popular barrio bilbaíno. Pero lo cierto es que no compareció. Desde el primero de los minutos, los locales se encontraron con unos rivales que parecían atragantados de kilómetros y poco convencidos de que podían mostrar en Bilbao las señas de identidad de equipo batallador. Y así, sin contrario que apretara en la cancha y en el marcador, el partido se convirtió en un simple esperar que los minutos fueran cayendo, para que cuanto antes las colegiadas lo dieran por finalizado. Cierto es que hubo champagne para celebrar el año, pero los bilbaínos no tuvieron que mezclarlo con su sudor, porque tampoco éste fue necesario.
Aún en los primeros momentos, se pudo ver algún destello de buen baloncesto sobre el parqué, pero si el marcador reflejó al final del primero de los cuartos un 17 a 11 fue más por los errores de ambos contendientes que fruto de defensas atosigantes y bien trabajadas. Pero desde el minuto 11 todo atisbo de igualdad desapareció. Bastó que la presión de los bizkainos se intensificara para que los malagueños desaparecieran literalmente de la cancha. Sin arbolar un gran juego… les desarbolaron totalmente. El 14 a 2 de los segundos 10 minutos es un resultado que uno no recuerda en partido de División de Honor y habla por sí solo de la impotencia de un equipo que, desde luego, no está construido para tan decepcionantes actuaciones. Su historia y el esfuerzo de la asociación veleña que lo sustenta, no se merecen tan nula productividad.
Contagiados por esta manifiesta insuficiencia, y tal vez impregnados de un benévolo espíritu navideño, los chicos del Bidaideak bajaron el pistón tras el descanso, lo que permitió que los andaluces dignificaran el parcial del tercero de los tiempos. Los doce puntos conseguidos por éstos, les hizo salir de su marasmo absoluto, aunque el 49 a 25 que señalaba el luminoso en el minuto 30 no podía levantar en exceso ni ánimos ni convicciones.
El último de los parciales tampoco fue escenario de una exhibición de baloncesto. El peso del marcador y la precipitación, hacían imposible que el buen juego aflorara en los veleños, en tanto que Esteban Nuñez prefirió utilizarlo más para construir alternativas de quintetos que para masacrar el marcador. Así las cosas, lo reseñable quedaba en el luminoso final. Un 65 a 37 que vocea sin dudar la tremenda superioridad que demostraron los de negro, que, sin firmar un gran encuentro, fueron capaces de tramitarlo de manera que el objetivo de cerrar el año con una nueva victoria en su feudo, se cumpliera sin sobresalto alguno.
Bidaideak, en todo caso, demostró ante su afición que cuenta con un equipo más que bien armado. Volvió a sobresalir – y van ni se sabe- un pletórico Asier García. De nuevo ayer rompió todas las estadísticas: 19 puntos, 17 asistencias y 22 rebotes, para conseguir un 48 en eficiencia. Su momento de forma es impresionante y sus números le acreditan como el jugador más completo de la Liga. Le acompañaron en acierto ante la canasta rival, Txema Avendaño y Manu Lorenzo con 13 puntos. El primero demostrando experiencia y saber hacer en los minutos que disfruta en cancha, y el segundo consolidándose, partido a partido, pese a tu insultante juventud. Si sigue en la progresión encauzada por su técnico y compañeros, estará llamado a ser un top del bsr internacional en no muchos años. Como también lo será el pivot de referencia del equipo, Machete Jasso, que anotó 8 puntos y atrapó 7 rebotes en los 24 minutos en pista. Jannik Blair, volvió a derrochar entrega y trabajo para el equipo, amén de sumar 4 puntos, y David Mouriz, desdibujado ayer en lo que es un maestro, los lanzamientos, supo cumplir con suficiencia en otra de sus especialidades, el acoso y anulación de sus rivales. Jose Centeno, la leyenda viva del bsr bizkaino, contó también con algunos minutos para que la grada volviera a demostrarle su reconocimiento. Y minutos también disfrutó el nuevo jugador del equipo, Tom O Neill, que en su debut ante su nueva parroquia sumó 6 puntos. Al muchacho todavía se le ve ajeno al sistema del juego diseñado por Esteban Nuñez, pero pudo demostrar, si quiera, que con su velocidad, capacidad de presión y entereza en el tirar, será una pieza de valor en el engranaje del equipo.
De los andaluces poco se puede resaltar. Que sus mejores anotadores fueran sus puntos bajos –el fines Leo Pekka con 12 y el británico Orogbemi con 8- habla muy a las claras de que las manos fuertes del equipo no estuvieron a la altura de la trayectoria del Club. Efrain Martinez sólo anotó 8 y el fantástico internacional de la estatal Jesus Romero, 5. Uno por uno, cuenta con una asadísima plantilla, llamada a demostraciones de juego mucho mejores que la que ayer hicieron en tierras bizkainas.
Bidaideak, con esta victoria, suma 7 consecutivas y se despide del año en segunda posición sabedor de que ha hecho historia en el baloncesto bizkaino. La modestia de su presupuesto, en nada comparable con el de sus rivales, no ha sido óbice para que pueda consolidarse entre los mejores y que sus subcampeonatos de Liga y Euroliga conseguidos en el año, le sepan a más que a un quedarse a las puertas de la gloria.
Felices fiestas a todos y todas, y, si se me permite, en el 19, seguiremos informando.