Para la directiva del Bidaideak, el partido que les enfrentaba con Giulianova estaba marcado como el del test definitivo de su crecimiento. Hacía dos años, en Toulousse, los italianos les impidieron degustar el sabor del pódium en la Euroliga 2. Hoy les podían echar de las competiciones continentales y hacer de los 400 km de vuelta a Bilbao, un auténtico calvario anímico. Salir de Europa para un Club que necesitó más de 20 años para entrar en ella, no hubiera tenido, seguro, buena digestión. Durante las sesiones del viernes y sábado se había medido contra dos de los mas grandes equipos de la Champions haciéndoles frente y superándoles durante muchos minutos, demostrando que su sitio en la elite continental de este deporte ni era fruto de la casualidad, ni flor de un día. Pero por mucho que sus rivales hubieran tenido que sudar lo suyo para derrotarles, en nada hubiera quedado la demostración de poderío e insolencia de los bizkainos ,si hoy no hubieran podido conseguir el pasaporte para proseguir, ahora en la Euroliga, su sueño europeo. Enfrente tenían, no sólo un equipo que ya había sabido derrotarles, sino también una escuadra que había demostrado ante Ilunion y Lahn-Dill que es un equipo con recursos y trazas suficientes como para ponérselo difícil a cualquiera.

Bidaideak salió con ganas de borrar dudas desde el pitido inicial y durante los primeros minutos se mostró tan eficaz en ataque como contundente en defensa. Con un Turek que quiso mostrar sus galones en este equipo -11 puntos en el primer parcial-, los guarismos se movían más rápidamente en el marcador de los bizkainos que en el italiano. Al agotarse los primeros 10 minutos, la ventaja (12-21) era lo suficientemente importante como para que se pudiera suponer una victoria plácida. Pero decir baloncesto y equipo italiano a la vez, augura precisamente cualquier cosa menos tranquilidad. Giulianova se recompuso de los golpes sufridos en el primer round, y de la mano su director de orquesta, el mítico Galiano Marchionni, y de su star foráneo, el iraní Morteza Garibloo, fue limando diferencias hasta apretarlas sobremanera al llegar al descanso (36-40).

Tras el mismo, los italianos le dieron lo suyo al acelerador, los bilbaínos perdieron un poco de concentración, y cuando quedaban poco más de dos minutos para finalizar el parcial le dieron la vuelta al marcador (46-45).  Pero esta vez, lejos de llevarse llevar por los nervios, Bidaideak volvió a su mejor versión, con un Turek seguro en sus lanzamientos, y retomo pronto su dominio en el parqué y el marcador. Con ventaja de 7 puntos, 47 a 54, llegaban a los 10 últimos minutos en los que todo estaba por sentenciar.

Pero tras el último microdescanso, Bidaideak no quiso ofrecer opción alguna a su rival y de las mano, sobre todo, del 4 bilbaíno y de un entonadísimo ayer Tom O´Neill, conseguían poner tierra de por medio en el marcador hasta consumar la victoria con un contundente 62 a 76, que permitió que los últimos momentos de presencia en la cancha de Boadilla del Monte fueran para sonreír y celebrar la conquista de una más que merecida plaza para ir a Sheffield.

Será allí donde deba defender, si quiera, su condición de actual subcampeón, para lo que tendrá que enfrentarse de nuevo a equipos de importante trayectoria en competiciones continentales como son Galtasaray, Le Cannet, Besiktas,  Gran Canaria o el equipo local.

ANOTADORES

Bidaideak.

Turek (29), Asier (12), Blair (2), Manu (4), O´Neill (20), David (2), Jasso (4), Txema (1)

Giulianova

Mazek (4), Brown (4), Marchioni (18), Morteza (13), Miceli (6), Kozaryna (3), Dillman (2), Mena (12).