Nadie duda en el panorama BSR que la liga estatal es, desde hace algunas temporadas, la mejor del continente europeo. En ésta, además, con unos Paralímpicos a pocos meses vistas y con el cierre de competiciones en algunos países del entorno, ha concitado el interés de recabar en ella a todas las estrellas de este deporte, que se han repartido por los distintos clubes que la disputan. De ahí que, en estos momentos, y a falta de 5 jornadas sean cinco los equipos que todavía estén en condiciones de ganarla -paradójicamente el que menos posibilidades tiene es el sempiterno campeón, el Ilunion de Madrid- y de ahí, también, que una escuadra que no está entre los mejores en la tabla, pueda llevarse por medio a quien la lideraba tras había sido capaz de concatenar 14 victorias seguidas.
Empezó el partido como era de esperar, con un Bidaideak llevando la iniciativa en el juego y en el marcador, que hacía que en el minuto 5 el luminoso señalara un 4 a 9 que permitía intuir que las cosas iban a rodar cómodas para los bizkainos también en la ciudad castellana. Pero en seguida se vio que el Servigest no quería ser convidado de piedra en su feudo del Jose Luis Talamillo, menos aun cuando por primera vez desde hacía un el año las gradas se habían abierto a sus seguidores. De la mano del polaco Macek y del británico Fryer, recuperaba la igualdad en el marcador empatando a 9 y a cada estirón de los bilbaínos, respondía con solvencia. Así las cosas, el primer cuarto se cerraba con un 13 a 16.
El Servigest ya había enseñado sus cartas en estos minutos y su defensa, asfixiante en muchos momentos, sobre todo en la pintura, y la solvencia de sus lanzadores exteriores, se mostraban suficientes como para complicar todas las opciones dibujadas por Adrián Yáñez. Con un 17 a 17 en el marcador el entrador bilbaíno decidió meter en cancha los centímetros que guardaba en el banquillo y con Luis Jasso sobre la goma burgalesa, el marcador se estiraba, primero hasta el 19 a 24, después hasta el 21 a 26 y en su momento de diferencias más amplias hasta el 25 a 31. Pero los locales, bien guiados por el mítico jugador polaco Philipski, no dejaron que las éstas se ensancharan más allá de esos 6 puntos e incluso las limaron algo, llegando al descanso con un déficit de tan sólo 4 (29-33). La Tizona del CD El Cid -así se llama en verdad el club castellano- seguía en alto.
Volvió del descanso mas fresco en ideas el Bidaideak y con Yáñez situando de nuevo a los lanzadores bilbaínos en cacha, conseguía que el marcador se estirara hasta un 32 a 42 en el minuto 23, de la mano de Manu, Jordi Ruiz por dos veces y David, con un triple. Pero los locales no bajaron los brazos y en los siguientes 3 minutos consiguieron no sólo nivelar el luminoso, situándolo en un empate a 44, sino poniéndolo en franquicia, primero, con un 46 a 44 y, poco después, casi sobre la campana del tercer cuarto, 48 a 44. Para entonces Servigest ya no sólo sabía que podía hacer cosquillas al líder, sino también ponerle contra las cuerdas cuando no doblegarle. Los bilbaínos habían colaborado perdiendo por momentos la concentración, acelerándose en demasia en muchas de sus opciones de ataques y no sabiendo parar las muñecas decisivas de sus rivales.
En todo caso, todo estaba por jugar en los últimos 10 minutos. Con Jasso y Blair en cancha y los aleros en el banquillo, se encomendaba Yáñez a su juego interior y en principio su apuesta le salía bien porque conseguía nivelar a 50 el marcador. Un par de decisiones polémicas de los colegiados y 5 puntos seguidos de Flyer volvía a dar alas a Servigest. El partido estaba ya convertido en un toma y daca; los bilbaínos no se dejaban impresionar por su déficits de puntos, -llegó a ser de 7 en el minuto 35- y confiando en las armas que les habían hecho dar la vuelta en los últimos instantes a otros partidos, llegaron al empate a falta de un minuto (63 – 63).
El equipo local confió, entonces, todo su destino al veterano Philipski quien con un tiro de dos y un acierto sobre la línea de tiros libres llevaba al luminosos al definitivo 66 a 63. Aún tuvieron opción de ir a la prorroga los bilbaínos, pero el aro escupió el triple que sobre la bocina lanzara Asier García buscando esos minutos extras.
Gran partido el que pudieron, pues, disfrutar los espectadores que se congregaron en las gradas abiertas, por fin, del Jose Luis Talamillo, que no sólo vieron un gran partido de bsr sino la mejor versión de su equipo, que volvió a refrendar que puede dar la sorpresa ante cualquier rival; ya lo hizo ante el Ilunion al que hizo hincar la rodilla a finales del año pasado y lo ha hecho ante un Bidaideak que, aunque lejos de sus guarismos habituales, no puede decirse que desarrollara un mal partido en términos generales. Les faltó contundencia para sellar el marcador cuando iban 10 puntos por delante y les sobró, tal vez, un poco de precipitación en algunas jugadas que luego se mostraron decisivas, pero a fuer de ser justos, siempre estuvieron en condiciones de llevarse los puntos y, nunca, cejaron en su intento de hacerlo.
Los polacos Philipski, con 24 puntos, y Macez, con 16, fueron los mejores anotadores por el equipo burgalés, en el que también sumaron el británico Flyer, 15, el mexicano Arredondo, 9, y el senegalés Aziz, con 2. Philipski fue también su mejor reboteador, 13, y asistente, 5.
Por los bilbaínos anotaron, Hernández, 14 puntos, Manu Lorenzo, 13, Asier García, 13, Luis Jasso, 8, Jordi Ruiz, 8, David Mouriz, 5, y Jannik Blair, 2. Asier fue su máximo asistente, 15, y mejor reboteador, 14.
Los bilbaínos han perdido la primera final de las seis que tenían por delante para poder proclamarse campeones de Liga, pero todavía conservan el liderato en solitario. Les quedan 3 visitas más que complicadas -a Vigo, Las Palmas de Gran Canaria y Madrid-, y dos partidos como locales, -ante Zuzenak y Fundación Aliados-, pero su situación sigue siendo privilegiada porque sólo ellos dependen de sí mismos.