De nuevo la crónica de un partido del Bidaideak debe empezar mentando al shock coronario para enmarcar al lector en lo que el final del partido deparó a quienes asistieron a las gradas de Txurdinaga a presenciar el partido que enfrentaba a los bilbaínos con los líderes provisionales de la Liga, los gallegos del AMFIV. Y es que el marcador, que se concretó con la diferencia de un solo punto tras tenerse que jugar una prórroga, señala en sí mismo la emoción sin par que adornó al partido y la incertidumbre con la que lidiaron los contendientes los últimos minutos del mismo.
Los de Vigo acudieron a la cancha bizkaina con una mermadísima plantilla pero con el refuerzo de saberse en lo más alto de la tabla y el convencimiento de la calidad de juego que ha venido mostrando su consolidado quinteto.
El comienzo del partido para nada dejaba traslucir lo que luego ocurriría en la cancha. Las tres primeras canastas lo fueron de los locales lo que hacía prometérselas muy felices a su siempre fiel hinchada. Sin embargo, la segunda falta de Salazar cuando no se habían terminado los 3 primeros minutos que tuvo que acomodarse en el banquillo y, sobre todo, los aciertos ante el aro del máximo encestador de lo que va de Liga, Agustín Alejos, dieron la vuelta al marcador a falta de 4 minutos, haciendo ver que el encuentro no iba a ser en modo alguno un paseo para los bilbaínos.
Cierto fue que Asier García y Txema Avendaño supieron reaccionar de inmediato y, con su efectividad ante la canasta rival, permitieron que el primero de los parciales finalizara con un 22 a 20 que si no daba tranquilidad a los de Esteban Núñez si les devolvía confianza.
El segundo comenzaba con una más que discutible falta intencionada señalada sobre Mendiluce que permitía equilibrar el marcador y con una sucesiva cadena de fallos ante el aro de los bilbaínos que era contestada con aciertos de los rivales tanto sobre la línea de 3 como de la de 2, que llevaba al luminoso a un 23 a 31 sorprendente. Más aún si se tiene en consideración que durante 15 minutos Turek no era capaz de aportar ni un solo punto a su equipo, algo que no había vivido la parroquia local desde que el oro paralímpico recabara en Bidaideak. Pero precisamente fueron seis puntos consecutivos suyos los que movieron el marcador llevándolo al descanso a un 34 a 37.
La reanudación ofreció un intercambio de golpes en el que los gallegos lucían su efectividad en los triples -3 en 4 minutos, de Envó y Alejos – y su serenidad cuando las canastas eran de los locales. A falta de 8, sin embargo, los gallegos se crecieron con una serie de 0 a 7 que dejaron esos mismos puntos de diferencia en el marcador. Una falta personal del mejor de los de Anfiv, Alejos, su cuarta, parecía que aliviaría el transitar hacia la canasta contraria de los bilbaínos, pero lo cierto es que éstos no la encontraban ni una ni otra vez. Por entonces sólo Asier parecía sostener a su equipo y los minutos pasaban siendo testigos de la superioridad de los de Vigo que la atestiguaron en el marcador al final de los 30 minutos con un 48 a 53.
La salida a cancha de los gallegos fue de nuevo inspirada ensanchando cuatro puntos la diferencia en los dos primeros minutos. Entonces Esteban Nuñez puso en cancha a Mouriz modificando el esquema de ataque de los locales que gracias a una concatenación de aciertos en la pintura y a un triple suyo igualaba el marcador a falta de 5 minutos. Otros minutos de desconcierto local llevaron el marcador a un 63 a 66 a falta de 30 segundos que de nuevo un triple de David tuvo que igualar con sólo 10 segundos de margen para los del Anfiv, que no pudo aprovecharlos porque Turek taponó el último de sus lanzamientos.
El 66 a 66 conseguido in extremis pero con una supercanasta, y el cansancio lógico que debían arrastrar los gallegos, hacía prever que en la prorroga los vientos de Artxanda iban a soplar favorables a los locales. Sin embargo, la entereza del quinteto vigués fue providencial y en modo alguno perdió el tono en los minutos extras. Alejos siguió demostrando su magnífico estado de forma (24 puntos en total), Lorenzo Envó no le fue a la zaga (25) y menos aún el veterano Chava Zavala (20). Con la ayuda de los siempre trabajadores Comesaña (4) y De Jong (2) consiguieron llevarse un partido por 75 a 74 ante la desilusión de los locales que una vez más han tenido que jugarse en los últimos segundos los puntos.
Asier (27) Salazar (10), Turek (17), David (8) Txema (6) y Manu (6) fueron los anotadores del Bidaideak que en ataque siguen demostrando solvencia, pero que presentan problemas a la hora de cerrar su perímetro.
Partido perfecto de los de Bouzas que han demostrado que con un quinteto conjuntado, trabajador y confiado tal vez no se pueda ganar una Liga pero, desde luego, se puede ganar cualquier partido. Les llaman ya los “cinco magníficos” y en verdad no les queda ancho el apelativo, como tampoco debería obviársele a su entrenador, Cesar Iglesias, quien liberado de la tarea de hacer rotaciones o de buscar recambios en el banquillo, sabe conducir los ritmos del partido y de sus jugadores de manera harto efectiva.
Los de Bilbao esperan retomar en Málaga el próximo fin de semana a la senda del triunfo y tratarán de hacerlo con menos incertidumbre en los minutos finales con las que ha tenido que competir a lo largo de esta temporada.