Aunque en el a priori, Bidaideak y el Fundación FDI no están llamados a competir por los mismos objetivos – los primeros aspiran a pódium, los segundos a mantenerse- el partido que disputaron entre ambos en la madera de Txurdinaga, pareció más al de dos rivales luchando por alcanzar los mismos, que a un encuentro de desiguales intereses. Y es que aunque el diferencial de potencial entre ambos equipos es, cuanto menos, apreciable en lo que hace referencia a extensión y versatilidad de plantilla – los bilbaínos cuentan con una más amplia y polivalente-, cuando en cancha hay jugadores como Carlos Vela, Chavo Zavala o Rafa Mouriño y el banquillo es dirigido por Abraham Carrión, en cualquier momento se pueden equilibrar las fuerzas. Y es que, en esto del Bsr, como en tantas otras cosas de la vida, la veteranía, y en eso son los madrileños los campeones, remarca un dicho castellano, es un grado.
Cierto que es que el partido comenzó más como el guion predecía y en los primeros minutos, el Bidaideak desarbolaba al cuadro madrileño que no podía frenar el acertado juego de ataque de los locales. En el minuto 6 el luminoso señalaba un 16 a 2 que hacía auspiciar un partido de guante blanco para los bilbaínos. La mano de un seguro Jordi Ruiz en las artes del encestar, la dirección siempre inteligente de Asier, la capacidad de presión de Mouriz y Hernández y el dominio interior de Manu, eran argumentos suficientes para encarrilar un encuentro que al primer parón se llegaba con un 20 a 7 a su favor.
Sin embargo, a los 15 segundos de la reanudación, con un triple de Carlos Vera, los de Las Rozas hacía ver que no iban a dejar que el partido se desarrollara sobre una alfombra para los locales. Los recursos de los veteranos ya mencionados y la fina mano de Alexis Ruiz, explotaron en cancha en el segundo parcial impulsando a la escuadra del alfoz madrileño en un marcador, que conseguía ponerse con un 33 a 30 a falta de apenas dos minutos para el descanso. Dos canastas consecutivas de Mouriz y Blair hicieron que se salieran un poco del incomodo rebufo presionante de los de Carrión, que con un tiro libre anotado final de Alexis sellaron, con un 39 a 33, el irse al descanso.
Tras el mismo, el equilibrio en las fuerzas fue la misma nota predominante de los primeros minutos, en los que los de rojo conseguían hasta por dos veces ponerse a cuatro puntos en el luminoso. El intercambio de golpes fue constante a lo largo de todo el parcial, hasta que con dos triples consecutivos de Asier García, éste conseguía romper el tono del encuentro y estiraba el marcador en favor del Bidaideak, que llegaba al ultimo stop del encuentro con un 63 – 50 a su favor. Dos puntos sumados por Blair tras la vuelta al juego, dejaba en 15 la diferencia, lo que parecía sentenciar el sentido del encuentro. Pero, de nuevo, un entonadísimo Alexis Ruiz, con 6 puntos consecutivos, metía a los de la Fundación FDI en el encuentro. Bidaideak, en todo caso, no entró en estado de pánico y supo encarar sus últimos momentos con serenidad sabiendo que ya no quedaba otro objetivo que cumplir que el de quedarse con los puntos en juego. Lo cierto, es que trasladó la presión a sus rivales y dejó que el transcurrir de los segundos le fuera a su favor, de forma tal que el finalizar del encuentro encontró al luminoso con un 71 a 65.
Partido irregular, pues, de los locales, que les permite seguir sumando victorias -ya son 3 sobre 4- pero que evidencia la necesidad que tienen de seguir ajustando sistemas y, sobre todo, de mantener constancia en la intensidad con la que abordan los partidos. El próximo, ante un devaluado Getafe, no será en el que se pueda constatar avance alguno, pero en quince días el que les enfrente ante Serviges de Burgos, tendrá estatus de prueba de fuego sobre las aspiraciones de un equipo que, desde la segunda posición de una clasificación matizada por el COVID, está construido para competir por todo.