Acudía el Bidaideak a la cancha del AMIVEL urgido por la necesidad de una victoria que generara tranquilidad en su plantilla y equilibrara su balance de partidos ganados y perdidos en la clasificación de la División de Honor de la Liga de baloncesto en silla de ruedas. Sabía que no podían dejarse punto alguno más en desplazamientos de competencia directa, y que tenía que cerrar el continuo de finales angustiosos que estaba ofreciendo a lo largo de la temporada, con una victoria sin paliativos.
Pero lo hacía ante un reforzado equipo local que, con un score de uno perdido y dos ganados – el último ante el poderoso MIDEBA EXTREMADURA-, estaba henchido de moral y confiaba que con su eléctrico juego podía, también, derrotar a los bilbaínos. Sin embargo, ni la moral ni la confianza sirvieron para que el marcador acompañara sus expectativas: sólo el 2 a 0 inicial reflejó guaritmos en el luminoso favorables a los malacitanos. Desde que los bizkainos le dieran vuelta, sólo reflejó la superioridad que en la cancha demostraron a lo largo del partido los de Esteban Nuñez.
Este, conocedor de las virtudes de los rivales –presión y velocidad extrema- diseñó una táctica de juego abierto y fluido que lo contrarrestara. Para ello decidió prescindir de centímetros en la pintura y poner en juego, desde principio al fin, a David Mouriz, un veterano que sabe como pocos de las artes de ensanchar el campo y atraer rivales más allá del 6,25, para propiciar así las entradas de los acreditados lanzadores del equipo. Con ese esquema se pudo ver a un Bidaideak vivaz y alegre que desarbolaba una y otra vez las líneas de defensa de los malacitanos.
En todo caso, una victoria requiere además de acierto en la pizarra también en la cancha y, sobre todo, en el aro ajeno. Y esta vez, no le faltó al equipo bilbaíno. Un inconmensurable Joshu Turek dictó toda una Master Class en tierras andaluzas y reivindicó para sí el título que el año pasado le dieran desde la Liga, de mejor jugador foráneo de la misma. 31 de los 60 puntos de los de negro llevaron su firma y su templanza y sutileza envolvieron el juego de los bizkainos a lo largo de los 40 minutos que estuvo en la cancha. Sin duda, su actuación quedará en la retina por mucho tiempo de los espectadores que acudieron a las gradas del Pabellón Fernando Ruiz Hierro.
El marcador, ya está dicho, nunca dio esperanzas a los malacitanos. Al 12-20 del primer parcial le siguieron un 23 – 37 en el segundo, y un 37 – 47, en el tercero -que a la sazón fue el único en el que consiguieron estrechar diferencias, que llegaron a ser de sólo 4 en el minuto 26-. Pero los chicos del Bidaideak respondieron calmadamente con una serie de aciertos al arreón local y las diferencias les volvieron a ser confortables ya hasta el final de los 40.
Acompañaron en el acierto anotador del Bidaideak a Turek, David Mouriz con 9 puntos, Asier García y Jorge Salazar con 8, y con dos, respectivamente, Txema Avendaño y Jannik Blair. Éste, precisamente, debutó en competición oficial con los bilbaínos, con lo que Esteban Nuñez pudo contar por primera vez en la temporada con la totalidad de las nuevas incorporaciones de la plantilla.
Por el Rincón Fertilidad Amivel destacaron el británico Orogbemi, con 18 puntos, y el mexicano Efrén Martinez con 12.
La victoria en tierras andaluzas, y, sobre todo, el buen juego desplegado por los bilbaínos le servirán, sin duda, para afrontar de la mejor de las maneras el partido que el próximo fin de semana les enfrentará en Txurdinaga ante el campeón de la Liga y Europa vigentes, el madrileño Ilunion.