Hacía varios años que el histórico CD El Cid, hoy reconvertido en Servigest Burgos, no pisaba la madera de Txurdinaga. Tantos como había tenido que transitar por la división de plata para reorganizarse y poder presentar credenciales dignas en la División de Honor. La renuncia de otro histórico a hacerlo en esta temporada – el Abeconsa Basketmi de Ferrol- le ha permitido a los burgaleses a medirse este año ya con los mejores del BSR estatal y a estructurar una renovadísima plantilla que cuenta con nombres ilustres de este deporte, tales como Filipski Mateusz, Roberto Mena o Martín Arredondo. Precisamente la presencia de estas tres torres en cancha desde el minuto 1 obligaba al entrenador bilbaíno Adrian Yañez, a plantear un partido a cara de perro en la pintura. Decidió dejar en el banco a su pareja de lanzadores–Mouriz y Ruiz- y alinear de salida todos los centímetros con los que cuenta en su plantilla: Manu, Jasso, Asier y Hernandez, sabedor de que este partido se jugaba por las alturas. La apuesta le salió bien, y la sustitución del tiqui taca de su pareja de bajitos, que durante toda esta temporada está asegurando a los de negro la efectividad en el aro rival, por el juego directo sobre la red para Jasso o Manu, todo un éxito táctico.
Los bilbaínos salieron a por todas desde el primer momento, pero los burgaleses le hicieron frente con intensidad durante bastantes minutos, al menos tantos como estuvo en cancha Roberto Mena que en el 13 tenía que irse al banquillo tras cometer su tercera falta personal y con un 29 a 24 en el luminoso. En todos estos minutos, aunque éste nunca fue a favor de los burgaleses, todavía se sostenían amenazantes en el mismo. Para entonces, Luis Jasso ya había demostrado que en la pintura se mueve como pez en el agua, y aunque Mena siempre le suponía un incordio añadido, ya había llegado a su score personal a los 14c puntos. Las asistencias llegaban francas desde la mano de Asier García al pívot de los bilbaínos que, una y otra vez, machacaba el aro castellano-leonés. Precisamente fue éste el que rompió definitivamente el partido con un triple marca de la casa a los pocos segundos de irse Mena al banco, ya que ponía por primera vez en dos dígitos la diferencia en el marcador. Diferencia que ya no bajaría en los 27 minutos restantes.
A partir de entonces, el partido fue franco para los del Bidaideak. Minuto a minuto fueron abriendo brecha en el marcador y los burgaleses sólo fueron capaces de encomendarse a Filipski para intentar coserla. El polaco, una leyenda de este deporte, cuatro veces campeón de la Champions y máximo anotador en lo que llevamos de Liga, tiró todo cuanto llegó a su mano, adicionado 29 puntos a su tarjeta individual. Pero, todos lo sabemos, el básquet es un deporte de equipo y difícilmente un jugador puede por si mismo levantar a toda una escuadra. Exactamente, lo que le ocurrió ayer al Servigest. Sin duda, todo hay que decirlo, les pesó también la adversidad. El Covid se sació con gran parte del equipo tras el primer partido de la temporada y con el déficit de entrenos y las secuelas del parón medicamente prescrito, han tenido que afrontar su vuelta a la competición. Sin duda, la falta de tono físico les pasó factura desde el minuto 15, convirtiendo un intenso encuentro en un cómodo esperar de los locales a que la bocina final certificara la quinta de sus victorias en lo que va de temporada. Victoria que les permite seguir cabalgando en segunda posición de una tabla viciada por los aplazamientos Covid.
Los puntos de los bizkainos los firmaron Asier García, 25, Luis Jasso, 17, Hernández, 15, Mouriz, 13, Manu Lorenzo, 11, Txema Avendaño, 5, y Blair y Ruiz, 4 cada uno. Asier encabezó la lista de rebotes, con 12 y también el de asistencias, 13, firmando, de nuevo, un triple doble.
Los tantos del Servigest Burgos, tuvieron la firma de Filipski, 29, Macek, 12, Mena, 8, Arredondo, 5, Abdoul, 4, Fryer, 4 también y Domingos, 3,