Queriendo cicatrizar las heridas que el enfrentamiento de la noche anterior contra el Briantea Cantú les había generado, el Bidaideak salió a la cancha intentando resolver cuanto antes dudas y marcador. Entonaron su Bat, Bi, Iru, Bibao! más fuerte que nunca, salieron revolucionados al máximo y con una velocidad de crucero espectacular, tocaron la cancha dispuestos a reivindicarse como equipo champions y a poner en franquicia el luminoso desde el primer momento.
Y así fue; la máquina de anotar que es Turek decidió ponerse en modo perfección y en poco menos de quince minutos, en una serie de 9 de 9 en tiros de dos y de 1 de 1 en triples, destrozó literalmente el marcador. A la par, los bilbaínos quisieron mostrar toda la contundencia de su defensa y así los campeones rusos no pudieron tener opción alguna. Cierto es que éstos cuentan con limitados recursos técnicos, pero no lo es menos que conforman un equipo duro de pelar cuando son capaces de entrar en la pintura rival. No pudieron hacerlo en momento alguno del partido y teniendo que decidir todo a su lanzar desde los 5 o 6 metros, sus opciones de combatir en el marcador, fueron casi nulas. Los brazos bilbaínos no dejaron ni siquiera un momento que lo maquillaran aunque Esteban Núñez rotó continuamente a sus jugadores en cancha, mirando de reojo el encuentro de la tarde con Galatasaray.
El resultado al finalizar el primer de los parciales fue apabullante -20 a 2- y no lo fue menos el segundo -40 a 6-, el tercero -61 a 15- ni el final.
En el festival anotador de los bilbaínos, además del 21 puntos de Joshu, hay que hacer valer los 11 de Tom, los 9 de David, los 2 de Jannik, los 4 de Patxi, los 4 de Asier, los 6 de Txema, los 9 de Luis Jasso, y los 2 de Leyenda Centeno.